martes, 20 de marzo de 2018

Ensayo sobre La Educación Bancaria de Paulo Freire




La Educación Bancaria de Paulo Freire





La educación bancaria es la concepción de la educación como un proceso en que el educador deposita contenidos en la mente del educando. El termino aparece por primera vez en la obra Pedagogía del Oprimido del pedagógo brasileño Paulo Freire, quien analiza de forma crítica esta visión de la educación, la cual denuncia como un instrumento fundamental de opresión, en oposición a una educación popular.



En lugar de observar una educación como un proceso de comunicación y diálogo consciente y con discernimiento, la educación bancaria contempla al educando como sujeto pasivo e ignorante, que ha de aprender por medio de la memorización y repetición de los contenidos que se le inculcan. Bajo esta lógica, el educador selecciona de forma a priori, para luego instruirlas, viviéndose a sí mismo como su poseedor de verdades únicas e inamovibles.



La expresión como tal se origina con la obra de Freire, pro la idea en sí se encuentra un paralelismo con las ideas con las ideas del pedagogo suizo Johann Heinrich Pestalozzi, que ya había rechazado dichas técnicas en el siglo XVII.



Este tipo de educación paternalista parte de unas ciertas premisas de unas ciertas premisas o concepciones que se tienen sobre cómo enseñar. Una de esas premisas es que enseñar consiste en narrar, es decir, que la narración cobra un papel no sólo muy importante, sino preponderante en la educación.



La dificultad que se crea con ese pensamiento es que se va la realidad como algo que no cambia, que permanece con el tiempo y que, además, es divisible y totalmente ajeno a la propia experiencia de los maestros.



Una segunda premisa de la que parte la educación bancaria es que el estudiante es un ser vacío de conocimiento. Es por ello, que el maestro se considera a sí mismo como un agente indiscutible. Es decir, que su palabra es la única que cuenta con el contrato social que crea con el agente pasivo que sería el estudiante. Además, teniendo en cuenta que el estudiante sería un ser vacío, el maestro debe llenarlo de saber. Es aquí en donde el término Educación Bancaria toma sentido, pues el maestro se convierte en el depositante, el estudiante, en el depositario y el conocimiento es el depósito.





Entonces, la calidad de la educación se mide en cuestión de cantidad.



Entonces, la calidad de la educación se mide en cuestión de cantidad de conocimiento es el depósito. Entre más sea cantidad de conocimiento (depósito) que el maestro (depositante) logre insertar en la cabeza del estudiante, memorice y repita, mejor estudiante será.



Por lo anterior, los estudiantes sólo tienen una cosa que hacer, recibir pasivamente la información y archivarla.  De acuerdo a todo a todo lo dicho anteriormente, el saber se lograría siendo paciente, pasivo y memorístico. Asimismo. La información se haría posible únicamente si el maestro tiene una suma mayor de información y reconoce sus saberes como absolutos. Es decir, que el estudiante jamás tendrá la oportunidad de crear nuevas ideas, pues ya todo ha sido dicho y debe ser conservado a través de la memorización.



Finalmente, este tipo de educación se lleva a cabo por los intereses privados de los grupos de los sociales poderosos, que logran percibir en el debate, el pensamiento incentivo y crítico, una amenaza a sus estilos de vida. El problema radica en que pensar auténticamente es peligroso.



El extraño humanismo de esta concepción bancaria se reduce a la tentativa de hacer de los hombres su contrario- un autómata, que es la negociación de su vocación ontológica de ser más.








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